Este domingo 26 de agosto, ¡Felicita a tu tendero, es su Día!

Ramón, papá de Los Rueda y experto en Reducir el consumo, ha estado investigando acerca de la Tienda de Barrio y el tendero como figuras clave en la economía colombiana. Celebra el Día del Tendero, aprendiendo un poco más sobre este tema.

“En honor a los Tenderos, hoy les contaré, de la mano de dos de mis amigos tenderos, cómo es tener una tienda y levantarse temprano para tenernos lista la leche y el pan para el desayuno de cada día. Pero primero, hagamos un breve recorrido por los diferentes tipos de tienda de barrio que encontramos en Barranquilla, Colombia.

Si caminas por las cuadras de tu barrio, te darás cuenta de que la apariencia de las tiendas varía de una a otra y estoy seguro de que para escoger la tienda a la que eres fiel, te habrás fijado en cómo luce. Los tamaños y sobretodo el orden, son algunos de los criterios para juzgar una tienda. Así, podemos encontrar las tiendas pequeñas en las que parece no caber una aguja más, pero que  suelen dar la impresión de orden y limpieza, pues nuestro vecino el tendero sabe ser muy organizado para aprovechar mejor el espacio.

El orden en la tienda te lleva a pensar en la limpieza, que es otro criterio muy importante a la hora de elegir tu tienda de confianza. Las tiendas aseadas son aquellas en las que el consumidor confía y compra sin temor. Cada vez que entro con Ringo a una tienda desaseada él me hace salir corriendo de ahí, una tienda sucia y descuidada significa consumo irresponsable.

Además de la apariencia, la familiaridad, es decir, la sensación de cotidianidad que la tienda genera en el cliente, también es un criterio para identificar los tipos de tienda que existen. No es lo mismo ir a comprar a una tienda familiar que a una tienda popular. La tienda familiar es aquella en la que quienes te atienden conforman una familia pero esto no impide que cada uno cumpla su papel dentro de ella. En estas tiendas, es común que el señor tendero regañe a su hijo por haberse tardado con el domicilio y por haberse quedado hablando con su mejor amigo que casualmente es su vecino. En las tiendas populares por el contrario, no se respira familia, pero sí vecindad, es la típica tienda cuya ubicación la hace perfecta para que todos los vecinos de la cuadra recurran a ella y por estar tan cerca de todas las casas no es necesario poner un pie dentro para respirar el ambiente de tienda.

La tienda social, también hace parte de este grupo y es aquella donde no se necesita tener que comprar algo para visitarla, es aquella en la que siempre es posible encontrarse con el vecino para pedirle prestado el gato para hacerle mantenimiento a Rafa. Es una tienda a la que se va para tener encontrarse con los amigos, los familiares y algunos conocidos.

Te habrás encontrado también con la tienda servicial, esa en la que el tendero y sus trabajadores siempre están al tanto de lo que la comunidad necesita. Este tendero nunca falta en las juntas de acción comunal y siempre que hay bingo pone las gaseosas o los mecatos para que los asistentes consuman y así recaudar fondos para todos.

 

Pensando en este tipo de tiendas, me fui a preguntarle a dos de mis amigos tenderos acerca de cómo eran sus tiendas y cómo era ser tendero. De los dos, sólo uno conoce lo que es el Día del Tendero y, aunque lo conoce ¡no lo celebra! Cuando Ringo escuchó esto, pegó un ladrido tan grande que al vecino le entraron ganas de una gran fiesta.

Una de las tiendas está ubicada en una cuadra comercial. Mi amigo lo que más vende son líquidos, gaseosas, té, agua. Dice él, que los que más compran son personas mayores en edad y sobretodo hombres, pues hay muchos talleres a su alrededor y los mecánicos vienen a calmar su sed en esta tienda. Él le compra a proveedores de depósito, de esos que van tienda a tienda distribuyendo los productos de las marcas más reconocidas del país, en cambio el tendero vecino, el que mantiene surtida a toda la vecindad, se va al mercado a conseguir los productos que consumimos casi a diario. En el Mercado compra la papá que viene de Bogotá, la panela que viene de Santander y el ñame y el guineo verde que vienen de la costa.

En la tienda del sector comercial se vende por paquetes, este tendero me contó que sus clientes rara vez buscan unidades, algunos sólo pueden venir a la tienda una vez pues el resto del tiempo deben estar en su trabajo, entonces se abastecen para todo el día. La tienda del vecindario, por el contrario, vende más por unidad, o como lo llamaría el vecino “el menudeo”. Las amas de casa que son quienes más compran en esta tienda, no compran un paquete de pañales sino uno, y compran la media libra de arroz que les falta para completar la otra media que tienen en casa.

En la tienda comercial, NO SE FÍA, en cambio el tendero del vecindario sí lo hace. Se podrán imaginar el ladrido de Ringo cuando escuchó a este tendero hablar, pero es que como es de esperarse este tendero conoce a sus compradores y confía en ellos, porque los ve a diario, esa es la razón por la que acepta fiar.

Finalmente les cuento, en estas tiendas no se da la “ñapa”, una costumbre muy colombiana que consiste en “regalar un poquito más de lo que se compra”. Esta es una tradición que, según cuenta el vecino, ha desaparecido porque los compradores poco la piden y porque a veces “sale caro”. Sin embargo, uno de nuestros amigos tenderos cuenta que sólo cuando van muchachas bonitas acepta regalarla.”

Como ves, muchas son las diferencias entre una tienda y otra, pero lo que tienen en común es que siempre necesitaremos de ellas. En una próxima entrada, nos centraremos en descubrir cómo somos los consumidores. Mientras tanto, cuéntanos, ¿cómo es tu tienda de barrio?, ¿qué es lo que más compras?, ¿cómo es la relación con tu tendero? Esperamos tus opiniones!

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