Doña Emma nos reta a convivir y ser Vecinos de HonorDoña Emma, gracias por ser Ciudadana de Honor y activar nuestra memoria, recordando esa Barranquilla en la que se quedó desde que llegó de Magangué, y retándonos a que sí podemos convivir y ser Vecinos de Honor.
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“Uno no nace siendo buen vecino, uno se hace”. Esta es la historia de doña Emma Puccini de Iriarte, una Ciudadana de Honor de 93 años, expropietaria de dos “Renolitos”, quien quiso mostrarnos a bordo de Rafa Amigo Fiel, aquella Barranquilla que guarda en su recuerdo. ¡Acompáñanos en el paseo!
“La ciudad ha cambiado mucho”. Doña Emma mira nostálgica desde Rafa Amigo Fiel a su Barranquilla del alma, esa Ciudad de Honor en la que se podía dejar el carro con los vidrios abiertos y nada malo pasaba. “¡Qué tiempos aquellos!”.
“Yo sembré este árbol”. Le cuenta orgullosa Doña Emma a su nieto, Fabián Ramírez: “En frente quedaba mi casa, en esa época había más interés por cuidar el barrio. Ahora no se sabe si el sector es residencial; el barrio se expandió, se volvió más comercial, y no tiene dolientes, no se respeta lo colectivo”.
Vecinos de por vida. Doña Emma ya no vive en Ciudad Jardín, pero al verla, los vecinos que aún quedan en el barrio se alegran y la reciben con cariño, como es el caso de Rafa. “Todos nos conocíamos, nos respetábamos y queríamos, dejábamos las puertas abiertas”.
Las dinámicas del barrio. “En aquel entonces, la Olímpica de la 74 era como la gran tienda del barrio. Mi marido y yo la visitábamos todos los días para hacer mercadito y también comprábamos lotería. ¡Qué alegría y sorpresa cuando me encontré con la misma vendedora! Todavía nos reconocemos”.
Conductora de Honor. “Tuve 2 Renolitos, manejé con ‘full’ reflejos hasta los 80 años, podía circular con tranquilidad. Ahora en Barranquilla hay muchos trancones y agresiones entre los conductores”. Cuando le preguntamos si quería manejar a Rafa, nos miró con una cálida y diáfana sonrisa: “¿Están locos? Solo para la foto”.